La sarcopenia es un término que refiere a la pérdida involuntaria de tejido muscular. Asimismo, esta pérdida de tejido muscular genera la pérdida de fuerza muscular y por tanto, se produce el proceso denominado “dinapenia” que se explica como la pérdida de función y fuerza muscular.
Actualmente disponemos de evidencias que indican que los cambios que sufre la masa muscular son tanto cuantitativos como cualitativos.
Cuantitativos ya que se produce una disminución del número de unidades motoras, y cualitativos ya que disminuye la calidad de las fibras musculares. El músculo está formado por dos tipos de fibras: fibras tipo I (fibras de contracción lenta) y fibras de tipo II (fibras de contracción rápida), ambas sufren atrofia y disminuyen, pero las fibras tipo II son las que más lo sufren; llegando a sufrirla entre un 25-50% de estas fibras (Stolberg y Fawcett, 1982) (Balagopal P, Rooyackers OE, Adey DB, et al., 1996).
¿Qué quiere decir eso? Que sobre todo perdemos las fibras necesarias para poder aplicar fuerza de manera rápida. Pensaréis que esas son las que utilizamos en un trabajo de potencia, pero esa es la fuerza que utilizamos en nuestro día a día, por ejemplo, para levantarnos de una silla, para subir escaleras o incluso para caminar. Esta pérdida de fuerza es más acentuada en las extremidades inferiores, por lo que, los entrenadores siempre ponemos más énfasis en el trabajo del tren inferior. (Frontera, Hughes, Fielding, Fiatorone, Evans, Roubenoff, 2000).
Además, en personas mayores, la disminución de esta cualidad física es una de las causas principales de la pérdida del equilibrio, que trae consigo una propensión a las caídas, que, a su vez, pueden generar fracturas óseas y también dependencia.
¿Y cuándo sucede este proceso? Aunque se habla de sarcopenia como una patología relacionada totalmente con el adulto mayor, se ha comprobado que la masa muscular empieza a disminuir a partir de los 30 años, sobre todo en personas sedentarias, produciéndose un declive más marcado hacia el final de la quinta década de edad. Asimismo, este proceso se va acelerando e incrementado a medida que avanza el proceso de envejecimiento.
¿Cuál es la solución actual a la sarcopenia? Sin lugar a dudas, el ejercicio físico y, más específicamente, el entrenamiento de fuerza, tanto fuerza neural como fuerza hipertrofia son claves para paliar el incremento y aceleración de la sarcopenia (Cadore et al 2013).
En E-Motion creemos en la necesidad de evaluar el estado físico del adulto, pudiéndose evaluar mediante distintos test la fuerza y masa muscular, para después realizar un proceso de entrenamiento individualizado y así lograr los objetivos contra la sarcopenia. Si te sientes identificado, no dudes en contactar con nuestro centro de entrenamiento (E-Motion) ubicado en la calle Doctor Gomez Ulla, nº 8 (Manuel Becerra, Madrid).