Dolor de rodilla (Salud Holmes)

Desde nuestro primer gesto al despertar, hasta que nos vamos a dormir, e incluso ya abandonando nuestra consciencia del cuerpo, dando el relevo a su reverso inconsciente, toda nuestra acción gestual y postural tiene sus consecuencias.

Y hoy, tras la última investigación de nuestro detective, el señor Salud Holmes, abordaremos dichas consecuencias enfocadas hacía las rodillas.

La acción de moverse, algo tan sencillo y básico para lo que estamos diseñados, es el principal foco de problemas ocasionados en su mayoría por descompensaciones producidas por dicha acción mal realizada.

El movimiento primordial en una persona es el desplazamiento. Una vez superada la fase de gateo, nuestra forma de desplazarnos se basa en caminar, y al hacerlo más rápido se transforma en carrera.

Aquí vienen los primeros problemas para nuestras rodillas, producidos por una deficitaria gestión de fuerzas en su ejecución.

Pero, ¿qué significa gestión de fuerzas? Parece que hablo de física, ingeniería o matemáticas, ¿verdad? Lo cierto es que tiene bastante que ver con ello, pues no olvidemos que somos una máquina.

En el caso de la rodilla, debemos verla como parte de un mismo engranaje, que empieza con una base de polea, la cadera, y que sigue hasta el tobillo, con la rodilla como eje intermedio de dicho engranaje. Ahora bien, si estos componentes no están debidamente ordenados entre sí, se produce una desalineación. Esta puede ser genu varo o genu valgo (dependiendo de la rotación con respecto a la rodilla). Se habla de genu varo, cuando el eje mecánico del miembro inferior, esa línea que une el centro de la cadera con el centro del tobillo, pasa por dentro de la rodilla. Y genu valgo, popularmente conocido como valgo de rodilla, cuando lo hace por fuera, produciendo esto a su vez una rotación tibiofemoral.blog.001

Empecemos por la cadera. Y hagámoslo poniendo un ejemplo tan exagerado como imitado: una modelo desfilando. Icónica imagen la de la top model sobre la pasarela cruzando una pierna por delante de la otra, formando una misma línea con ambos pies, uno justo detrás del otro, produciendo consigo un bamboleo de cadera, símbolo de feminidad y elegancia. Salgamos ahora de la óptica del glamour, y volvamos a una mirada sobria, pues desde la ebria perspectiva de la convención estética, se ve el caminar de una diosa de la belleza, pero la realidad es que lo que se está produciendo es una aducción y rotación interna de la cadera exagerada, así como una caída evidente de la pelvis, ergo, desalineación, todo ello potenciado por el uso de tacones, resultado: riesgo para nuestras rodillas.

Dejemos ahora a las modelos, pero sin abandonar la moda. Porque de moda está el running, ahí encontramos a un sector de la población con un porcentaje de problemas de rodilla muy elevado, y es normal, si atendemos al hecho de que aparte de este mismo problema de valgo de rodilla, debido a una deficiente técnica de carrera, le añadimos otro gran handicap, que hayamos observando las articulaciones del tobillo y del pie. En este sentido, con una visión a ras de suelo, el problema lo tenemos en el exceso de pronación. Deberíamos matizar que la pronación es una parte de un movimiento más general del pie y tobillo, llamado eversión, que incluye también la flexión de este. Y aquí tenemos otra causa de desalineación del eje: cadera, rodilla, tobillo. Y por lo tanto otro factor de riesgo para nuestras rodillas.

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Ahora bien, no todos los enemigos de nuestras rodillas los encontraremos en el camino, ya se sabe, se hace camino al andar, y si aceleramos el paso, el camino vamos a acortar y nuestro problemas podemos acrecentar. Pero, ¿quiere esto decir que estarán nuestras rodillas a salvo cuando estemos en reposo? Siento deciros que nada más lejos de ello.

Nuestro día a día está plagado de posturas que nos llevan de manera inexorable hacía una tortura china en la articulación de la rodilla, apenas nos damos cuenta, pero gota a gota la exponemos a continuas posiciones de riesgo.

Cada vez que cruzamos las piernas (¿no os recuerda esto al desfilar de nuestra top model del principio?), al sentarnos mientras tomamos un café, postura esta que estira en exceso nuestro glúteo (luego veremos su importancia), al esperar de pie a nuestra cita que se retrasa, con el agravante en este caso de llevar todo el peso sobre un mismo pie; a la hora de dormir, cuando estamos a punto de conciliar el sueño y cruzamos los pies…En todas esas situaciones se producen desalineaciones que ponen en riesgo nuestras rodillas, con el agravante de producirse varias veces al día, cada día de la semana, cada semana del mes, cada mes de año, cada año de nuestra vida. Una gota china demasiado persistente como para que salgamos airosos.

Os estaréis preguntando: ¿y hacemos? Ante todo calma, porque hay solución. Lo primero por orden de importancia es la concienciación. Ser conscientes de que todo empieza por una correcta educación postural, y en consecuencia, por un cambio de malos hábitos adquiridos. Esto último, por mera cuestión de repetición y costumbre, nos llevará más tiempo.

Y después, tenemos nuestros antídotos, desarrollados para tratar cada mal que hemos mencionado. ¿Cómo contrarrestar el valgo de rodilla, esa aducción y rotación de cadera? Tanto para nuestra modelo en su pasarela, o cualquier usuaria habitual de tacones, como para nuestras y nuestros runners, el trabajo de glúteo es fundamental, sobre todo la activación y fortalecimiento del glúteo medio, pues un glúteo medio fuerte será clave para una alineación correcta, sobre todo a la hora de andar y correr, puesto que es el principal abductor de la cadera.

Dirigiéndonos al pie, si queremos vencer el exceso de pronación, que conlleva a su vez una caída del arco plantar, deberemos ejercitar toda la musculatura intrínseca del pie, el tibial posterior y en especial, el flexor del dedo gordo, que debemos empezar a valorar más allá del típico familiar gracioso del que sacamos los chistes.

Por último, y tiremos de tópico, pero por ello no menos importante, después de hablar de activación y ejercitación, está la liberación. Siempre que liberamos algo, se produce una reacción en cadena. ¿Qué debemos liberar cuando hablamos de proteger nuestras rodillas? Pues toda esa musculatura rígida que la rodea: los músculos flexores, como el TFL, que es un flexor y abductor de cadera cuyo sobreuso puede ocurrir cuando existe debilidad en el psoas-ilíaco, en la flexión de cadera y cuando existe debilidad del glúteo medio (¿veis su importancia?). Por ello, dado su exceso de trabajo, debemos liberarlo. Al igual que la cintilla iliotibial, cuyo acortamiento y rigidez puede causar valgo y rotación lateral de rodilla además de desviación lateral de la rótula. También debemos liberar el tríceps sural. Para ello no necesitaremos ninguna lima para lijar barrotes, ni un plan maestro, sólo una pelota de tenis o un rodillo, y la técnica adecuada.

Ante todo, lo que debemos sacar en claro de este artículo basado en la minuciosa investigación de Salud Holmes, es que para detectar y tratar los problemas de nuestras rodillas debemos mirar más allá de las mismas.

Hasta la próxima, habitantes del universo E-Motion.