El dolor cervical es una de las lesiones más comunes en nuestra sociedad

El dolor cervical es una de las lesiones más comunes en nuestra sociedad, es la cuarta causa de incapacidad laboral, lo tienen el 50% de las personas a lo largo de su vida y el 30% a lo largo del año (Steven P. et al 2010).

Pero estos no son los únicos datos que tenemos, del año 2000 al año 2010 ha aumentado a 33,6 millones el número de personas con dolor cervical en el mundo. Todo esto nos lleva a pensar que debemos de buscar soluciones para mejorarlo, pues la vida cotidiana con el uso cada vez más extendido de dispositivos móviles, el sedentarismo y la vida laboral que es mayoritariamente en posiciones de sedestación, no son favorables para esta patología. ¿Alguna vez has tenido dolor cervical? ¿Cuáles son las mejores estrategias que podemos seguir para prevenirlo o solucionarlo?

Son varios los contenidos que vamos a citar en este post, que más adelante los desarrollaremos con ejercicios específicos. Los 4 aspectos que vamos a abordar para mejorar el dolor cervical son los siguientes:

  1. Respiración: Es uno de los contenidos más seguros, ya que podemos empezar a trabajarlo tumbados. Por su relación a nivel nervioso con la cervical, pues el nervio frénico que inerva al diafragma (músculo principal en la respiración) pasa por debajo de los músculos cervicales y a partir del cuerpo vertebral de C5, por lo que un exceso de tensión puede alterar el patrón respiratorio al verse afectada la salida nerviosa. También se han visto grandes diferencias en la presión inspiratoria y espiratoria (Zacharias Dimitriadis et al 2013), son dos de las razones principales para trabajar la respiración.
  2. Flexión cráneo-cervical: Otro de los contenidos que podemos empezar a trabajar de manera seguida es este movimiento, el cual se realiza llevando el mentón al esternón. Son muchos los estudios que relacionan la debilidad en los músculos flexores profundos con el dolor cervical (B. Wirth et al 2014).
  3. Extensión cervical baja: La musculatura posterior de la cabeza, el cuello y la zona dorsal están sometidos a mucha tensión debido al peso de la cabeza, este puede verse modificado por una mala posición durante todo el día, sobra la cual podemos trabajar con ejercicios específicos para realizar durante todo el día.
  4. Movilidad torácica: Por la relación que tiene el raquis dorsal con el cervical, se ha visto que las personas que tienen dolor de cuello tienen menor movilidad torácica y menor capacidad de expansión, lo cual relacionamos también con un déficit de movilidad al cual la respiración puede ayudar (Shaun O’leary et al 2014).

 

Estos son los cuatro pilares básicos del entrenamiento si tienes dolor en el cuello, dependiendo de una primera valoración, un especialista es el encargado de realizar una correcta progresión para poder terminar el proceso realizando un entrenamiento normal para poder capacitar toda la musculatura. Así que si tienes dolor en el cuello, visita nuestro centro E-motion en la plaza de Manuel Becerra.