El puente pélvico es un ejercicio que se realiza habitualmente en los gimnasios ya que no necesita material para mejorar tanto la estabilidad de nuestra espalda como para mejorar la fuerza de los extensores de cadera.
Si nos centramos en los resultados obtenidos por la ciencia sobre el puente pélvico, podremos resumir lo siguiente:
El puente pélvico es un ejercicio de cadena cinética cerrada que incrementa la activación de los músculos que estabilizan el tronco y por tanto que resisten la fuerza de la gravedad (Choi et al. 2015) (Stevens et al. 2007).
Por sus características mecánicas y consecuencias musculares, es una de los ejercicios más utilizadas para la mejora de la estabilidad corporal y la propiocepción en los entrenados con dolor de espalda (Kong et al. 2015).
Ahora bien, ¿qué sucede si variamos la posición de los pies en el puente pélvico?
Podríamos estar activando de modo más preferente el glúteo mayor; uno de los músculos que más se inhiben en la sociedad occidental y que pueden generar consecuencias negativas como el aumento de la activación de los erectores espinales y por tanto, un aumento de la compresión discal (Sahrmann, 2002).
Los resultados que os presentamos derivan del estudio de Kim y colaboradores en 2018 donde se varía el ejercicio de puente pélvico clásico, aumentando la separación de los pies 25 cm más sobre la anchura de la cadera y llevamos la cadera hacia rotación externa de 25º.
Según los resultados de Kim, se produce un aumento de 175% de activación en el glúteo mayor cuando separamos y rotamos el tren inferior tal y como aparece en la infografía.
Si quieres aprender cómo es la técnica de los ejercicios de tren inferior ven a nuestro centro de entrenamiento personal E-Motion, situado en la plaza de Manuel Becerra (Madrid).